Santiago Ydáñez (Jaén, 1969) es uno de los pintores españoles más valorados en la actualidad. La pintura es un espejo opaco donde la realidad se refleja por la mano y la mirada del pintor. Pensada de esta manera, se convierte en una herramienta dúctil, maleable, flexible ante y contra la realidad; mucho más en esta realidad contemporánea donde las imágenes conviven en plena armonía, mientras sus contenidos se desacralizan o solemnizan. Santiago Ydáñez se introdujo en el panorama artístico nacional a finales de los años noventa gracias a distintos premios que respaldaron la extraordinaria calidad de sus trabajos. Sus imágenes inquietantes, a menudo duras, con trazos gruesos, comunican al público sensaciones como sorpresa o dolor. La obra del artista andaluz se basa en una observación profunda y está impregnada de recuerdos infantiles fundidos con sus inquietudes culturales, como el interés por la historia del arte o los grandes títulos de la literatura. Estudioso de la condición humana, indaga en los difusos límites entre la espiritualidad y la carnalidad más mundana. Su obra puede disfrutarse en lugares como la Fundación Botín, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía o el CAAM – Centro Atlántico de Arte Moderno de Las Palmas, entre muchos otros.